“Todos los años por estas fechas, y a partir de los fuertes calores, se verifica la muda o cambio de plumaje de nuestras palomas mensajeras, conocida de todos los colombófilos y a la que tan poca importancia se suele dar. Es lamentable ver que no sólo muchos aficionados no prestan la atención debida a este fenómeno, sino que muchos entendidos en la materia pasan de ello, como si no se tratase de algo de gran importancia. Las plumas, principalmente las grandes de las alas (remeras primarias) y las de la cola (timoneras), son las armas de nuestras palomas, y si no realizan una buena muda difícilmente podremos pensar en alcanzar triunfos en la campaña venidera. Por tal motivo, debemos examinarlas y observarlas cuidadosamente para conocer su estado, ya que nada podremos esperar de una paloma que tenga las plumas en malas condiciones. Por otro lado, las plumas nos dicen con gran exactitud el estado de salud que goza un palomar, y vamos observando a grandes rasgos cómo se va verificando la muda.
La naturaleza ha dispuesto este fenómeno de tal manera que siendo de vital importancia y de imperiosa necesidad para las palomas, ésta se realice sin alterar para nada su organismo. Es decir, obrando de acuerdo a sus necesidades particulares; en algunos ejemplares la muda es rápida y la caída de las remeras es simultánea de dentro hacia fuera; de la primera a la décima, el crecimiento de estas plumas al principio es rápido y más lento al final, y la caída de la siguiente se produce cuando la anterior llega aproximadamente al setenta por ciento del tamaño normal. Las plumas del anteala (secundarias) caen de fuera hacia dentro, pero su caída no ofrece la regularidad de las remeras primarias; no siempre cae la primera, pues algunas veces caen varias al mismo tiempo. Cuando la muda va por la séptima remera, se extiende a la cobertura del cuerpo y la cabeza, así como a la cola (timoneras). Éstas caen por pares del centro a los extremos y se mudan generalmente en último término las penúltimas. Estas timoneras son las más difíciles de comprobar si han sido mudadas; si se tiene la debida experiencia deben señalarse. La muda del plumón no siempre se acaba antes de la primavera, en este caso se termina en esta estación. La muda puede provocarse o retrasarse. Se provoca con ciertos alimentos de altas calorías, baños calientes o una posición apresurada. Se retrasa por el frío, actividad sexual, la oscuridad, la falta de baño, etc. Ha de observarse que la muda sea simétrica, es decir, que las plumas de ambos lados caigan al mismo tiempo, pues lo contrario es señal de debilidad y de mala salud. Si se trata de animales que han brillado en los concursos, deben reservarse; de no ser así, hay que ir pensando en eliminarlos sin contemplaciones. Merecen especial cuidado algunas palomas que no han terminado la muda del año anterior, y al comenzar de nuevo la continúan por donde iban anteriormente.
La muda es de una gran importancia y de ella depende el porvenir del palomar. Eso es un proceso que beneficia y nos impulsa a ver constantemente la salud de la paloma, pero además tiene la particularidad de que sobre la paloma deja seña de tal manera que en cualquier momento nos permite observar en ellas el proceso evolutivo de su salud. En los pichones la muda será total o parcial, dependiendo de la época de su nacimiento. Los que abandonan sus nidos en el mes de marzo, efectúan una muda total a partir del mes siguiente. Por el contrario los tardíos, es decir, los nacidos en agosto o septiembre efectúan una muda parcial, debido a que el frío del invierno corta el proceso fisiológico normal. Esta vuelve a reanudarse a la primavera siguiente. Cuando un pichón tiene la edad de unas seis semanas empieza la muda: A esta edad cambian su primera pluma primaría y después, aproximadamente cada 20 días, la siguiente en un proceso que dura unos 200 días, o sea 7 meses; siempre de dentro hacia afuera. Cuando la nueva pluma tiene ya un 75% de su longitud tira la siguiente, entretanto los pichones van renovando también algunas de las secundarias, las de la cola, coberteras y plumón. Cuando quedan pocas primarias por cambiar empieza la gran muda. No siempre los pichones cambian todas las plumas secundarias, sin embargo siempre cambian todas las prímarias. Tanto jóvenes como adultos cambian el plumón durante todo el año. En los adultos la muda comienza por la caída de las remeras primarias. Tiene lugar normalmente de Abril a Noviembre. Las prímeras seis remeras primarias caen a intervalos de tres semanas; a partir de aquí la muda se extiende a las plumas pequeñas del cuerpo, comenzando por las plumillas que se encuentran en el nacimiento del pico. Las remeras secundarias tienen un régimen especial. La paloma puede mudar sólo 1,2, 3 ó incluso todas las secundarias cada año. La nueva pluma sale un poco más ancha, un poco más corta (1 ó 2 milímetros) y su extremidad es un poco más redondeada. Las doce timoneras se renuevan cada año. Caen por pares de tal manera que el plano inclinado que forman durante el vuelo se mantiene constantemente lo más perfecto posible. Lo más práctico es estudiar las plumas de las alas por si hay algún entrante y saliente en las mismas, dato muy importante que hay que evitar por medio de sus alimentos durante la etapa de la muda. Al término de la misma, nos gusta encontrar unas primeras flexibles, brillantes, con raquis duros y robustos que den prueba de fortaleza.
Es completamente cierto que la muda es un acto fisiológico y necesario, como también es fundamental en la actuación deportiva de la paloma; dependiendo cómo se realice será el éxito o el fracaso en la campaña que se nos aproxima; de poco le vale a un ejemplar ser atléticamente un “crack” si no verifica una buena muda; esto está más que demostrado y una campeona puede ser una mediocridad o aún perderse después de una muda deficiente al año siguiente. Se dice que quien se oponga a la naturaleza se perjudica a sí mismo. De una feliz muda depende todo el futuro del animal. Ahora más que nunca, los colombófilos deben vigilar a sus palomas con más cuidado, teniendo como objetivo una saludable, completa y rápida muda.